10 nov 2009

La prueba de la tarta

Durante el transcurso de la historia, se han utilizado distintos tipos de pruebas, "tests" o juicios para comprobar si algo es o no es lo que dice ser, o si cumple las expectativas que esperamos.

Actualmente se realizan distintos tests industriales para comprobar la calidad de los productos; criterios de calidad para los proyectos; métricas para saber si un software es eficiente. Hoy en día metemos a maniquíes en coches y los lanzamos a toda velocidad contra muros de hormigón, para ver si salen de una pieza, y así decidir si el coche es seguro o no. Antiguamente existía el juicio u ordalía del agua, que dice que si tiramos a una mujer a un lago, atándole una piedra al pie, y se hunde, no es una bruja. Si consigue salir a la superficie, es porque es una bruja, y hay que quemarla en la hoguera.

Para el software libre también existen pruebas, que son científicamente más correctas que la ordalía del agua. Durante el desarrollo de las licencias de software libre (como, por ejemplo, la GPL) en la década de los 90, existen dos pruebas más o menos famosas: la prueba de la isla desierta y la prueba del disidente; ambas formaron parte integral en el desarrollo de las Debian Free Software Guidelines o DFSG. Dado que las DFSG son sólo una definición, era difícil entenderlas por sí mismas, necesitando de algún caso práctico o ilustrativo.

Por ejemplo, la prueba de la isla desierta supone un náufrago con un ordenador portátil alimentado con energía solar, que contiene software libre. Para que ese software sea libre, el náufrago debe *no* estar obligado legalmente a redistribuir el software o su código fuente al resto del mundo, dado que no tiene posibilidad de hacerlo. Técnicamente, esta prueba sirve para comprobar que una licencia exige la redistribución del código fuente sólo cuando se distribuye el ejecutable. Esto hace más fácil entender si una licencia de software cumple con la DFSG que únicamente comparando la licencia contra las DFSG.

¿Y para la información geográfica? ¿Hay alguna prueba más o menos sencilla que nos permita saber si la información grográfica de las IDEs está en condiciones que realmente permitan a los ciudadanos aprovechar todo su potencial?

Para saber si una determinada información geográfica se puede considerar de libre uso y distribución, o sencillamente "libre", se puede consultar la Open Knowledge Definition o Definición de Conocimiento Abierto, análogamente a lo que sucede con el software libre y las DFSG, tal y como se expuso en la ponencia "¿Son "libres" los geodatos "libres"?. Sin embargo, es una definición un poco densa y complicada para personas no versadas en asuntos legales.

No hay una prueba fácil para saber si la información de una IDE se puede usar libremente o no.

Hasta ahora.

Propongo solemnemente la Prueba de la Tarta.

¿En qué consiste la Prueba de la Tarta? Fácil: Una información geográfica, o un mapa, es libre sólo si alguien te puede regalar una tarta con tu mapa encima.


Las tartas son una prueba empírica de que las IDEs no permiten el libre uso y distribución de la información, precisamente por las condiciones de licencia de los portales. Y son una prueba empírica que pudieron saborear los asistentes a las JIDEE09, comiéndose su propia ciudad.

Aunque los mapas, o la información geográfica, esté publicada en una web, y sea gratis, eso no significa que se pueda poner en una tarta. Algunos ejemplos de trabas técnicas o legales que impiden la "tartificación" de la información geográfica son:
  • El no poder descargar la información a un ordenador.

  • El no poder copiar la información a otro medio, o el no poder redistribuirla. Hay que ser capaz de copiar la información en un CD, o enviarla por correo electrónico a la pastelería.

  • El no poder hacer un uso comercial, indirecto en este caso. Quien regala la tarta no obtiene ningún beneficio económico, pero el pastelero sí.

  • La obligación de firmar acuerdos o licencias para el uso comercial. ¿O acaso tenemos que hacerle firmar al pastelero un acuerdo de licencia de redistribución de la información?

  • La obligación de avisar del uso que se le da a la información. Si en cualquier punto del proceso hay que notificar de que vamos a regalar una tarta, no habría sorpresa.

Aunque se tienen que dar muchas condiciones para poder hacer una tarta con un mapa, y pueda parecer complicado (y además es sólo una condición necesaria, no suficiente), el objetivo de la Prueba de la Tarta es bien sencillo:

Si una persona "de la calle" no puede decidir si puede o no puede regalar una tarta, o sencillamente no puede hacerlo, entonces los datos o mapas no se pueden utilizar libremente.

Por el contrario, si un día alguien regala por sorpresa una tarta con mapas o datos a los responsables de una IDE, entonces esa IDE va por el buen camino de la libertad de uso de la información. Y el día que eso pase, probablemente organicen una pequeña fiesta, que para eso habrá tarta.



La prueba de la tarta también es ilustrativa del concepto de la larga cola.

Habitualmente las IDEs van dirigidas a generar beneficio o abaratar costes en los grandes consumidores de información geográfica; esta es la parte verde, con pocos consumidores pero un gran volumen. Estaríamos hablando de administraciones públicas, y grandes proyectos y geoportales. Al otro extremo, en la parte amarilla, se encontrarían las tartas.

Obviamente, la cartografía aplicada a los productos de pastelería supone una aportación totalmente marginal al PIB de la nación, pero es una aportación no nula y que, probablemente, nadie haya tenido en cuenta hasta ahora.

La larga cola está llena de tartas, y de cosas maravillosas que todavía no se han inventado. ¿Cuántas nuevas aplicaciones de la información geográfica quedan por descubrir? ¿Cuán grande es la larga cola de la cartografía? Lo único seguro es que para poder saberlo hay que permitir el uso libre de la información geográfica.

Publicado por Iván Sánchez Ortega
OpenStreetMap

9 comentarios:

Proyecto APORTA dijo...

Interesante post sobre la reutilización de la información. Resulta desalentador pensar en el potencial económico que puede suponer la reutilización de la información geográfica y que a la vez no se hay aavanzado lo suficiente como para hacer esa información realmente accesible al público.

Desde el Proyecto Aporta apoyamos cualquier iniciativa destinada a hacer la información realmente reutilizable, conscietnes del potencial económico que ello supone.

Además, aprovechamos para recordaros a todos que el próximo día 19 tendrá lugar en el FICOD una mesa redonda sobre la reutilización de la información del sector público.
Para más información no dudeis en visitar la página web del Proyecto Aporta o la página del FICOD 09.

Proyecto Aporta

Jorge dijo...

tú lo que tienes es mucho tiempo libre...

De lo mejorcito que he leido en mucho tiempo, Iván, eres lo más grande :D

IvanSanchez dijo...

@proyecto aporta:

Leo de http://www.ficod.es/ficod/legal :
"No se podrán realizar actos de reproducción, modificación, distribución, comunicación pública y, en general, cualquier otra forma de explotación, por cualquier procedimiento, del sitio web o alguno de sus elementos sin el previo consentimiento por escrito de Red.es."

Hay que predicar con el ejemplo. Dicho de otra manera, esto significa que os acabáis de quedar castigados sin tarta.

Luis Martinez dijo...

Supongo que el gran reto y dificultad de las IDE es la de llegar a un público más generalista, menos técnico, que contribuya y que haga un uso habitual de los portales.

Fueron interesantes las ponencias que hubo a ese respecto de como llegar a más usuarios, haciendolos también más partícipes. Las charlas sobre IDEE 2.0 o la de ikimap hacen entrever que habrá cambios, creo que muy interesantes, en los próximos meses.

Cuantos más usuarios entorno a las IDEE (y generalizando, entorno a los GIS) haya, mayor será el volumen de negocio (tanto privado como público), lo que a su vez atraerá a nuevos usuarios.

Anónimo dijo...

Estupenda entrada, Iván, por la cantidad de cuestiones a resolver que plantea.
Solo quiero recordar que el IGN de España es uno de los pocos organismos nacionales responsables de cartografía oficial que ha liberado (con una licencia similar a una CC-by) una parte de su cartografía, el EGRN (Equipamiento Geográfico de Referencia Nacional) que incluye: vértices geodésicos y puntos de nivelación, límites administrativos; nombres geográficos; y entidades locales georreferenciadas. Pero desde luego, queda mucho por hacer.

Antonio F. Rodríguez

Jorge dijo...

Antonio,

¿Es posible que la información que comentas (EGRN) tenga una licencia que sea compatible con la ODbL de OSM?

Me extrañaría porque si fuera así Iván ya habría tomado cartas en el asunto, pero por preguntar poco pierdo.

Sería estupendo tener los límites geográficos (municipales especialmente) en OSM porque realmente "hacen mapa".

Saludos

IvanSanchez dijo...

@Antonio,

Vaaaaaaaale, la próxima tarta va con la red geodésica :-)

@Xurxo,

Sí, entiendo que el EGRN es compatible con la ODbL, dado que a efectos está en el dominio público. Vamos, la red geodésica está subida a OSM, aunque hay que hacer zoom para poder ver los vértices.

Y sí, habría tomado cartas en el asunto con el asunto de los límites municipales, pero mi tiempo es finito y acotado.

Gregory Marler dijo...

(read using Google translate into English)

I know of the witch water test. If you are good and not a witch, you die from the drowning in the test.

If you are a map that is so lucky to be free and open... you get printed on a cake and eaten!

Jorge dijo...

Gregory,

You have an English version of this article at http://old.opengeodata.org/2009/11/11/921/index.html