- ¿Se han acabado las pilas? - preguntó Arthur.Saltemos en el sofá del remolino por un momento, y viajemos en el tiempo hacia un hipotético año 2015.
- No - contestó Ford -; hay una alteración móvil en el tejido espacio-temporal, un remolino, una bolsa de inestabilidad, y está en algún sitio cerca de nosotros.
- ¿Dónde?
- ¡Allí! - exclamó Ford alargando el brazo -. ¡Allí, detrás de aquel sofá!
Arthur miró. Para su gran sorpresa, había un sofá de colores vivos en el campo, delante de ellos. Lo observó con un sobresalto inteligente. Astutas preguntas le vinieron a la mente.
- ¿Por qué hay un sofá en ese campo? - inquirió.
- ¡Te lo he dicho! - gritó Ford, poniéndose en pie de un salto -. ¡Hay remolinos en el continuo del espacio/tiempo!
- Y ése es su sofá, ¿verdad?Douglas Adams, La vida, el universo y todo lo demás
Después de las guerras de geolocalización del 2010, los problemas de los identificadores geográficos incompatibles han sido resueltos gracias al Registro Global de Lugares. Creado por un equipo de emprendedores a las afueras de Bangalore, el RGL ofrece una manera fratis y abierta de que tanto individuales como empresas añadan su ciudad, su negocio, su punto de interés. Todos los lugares pasan a formar parte del Traductor Global de Lugares, permitiendo convertir WOEIDs de Yahoo a vías de OpenStreetMap, centroides de latitud/longitud, e incluso eastings y northings para los más nostálgicos. (N. del Ed.: Y referencias catastrales, y parcelas del SIGPAC...)
Habiendo solucionado este espinoso problema, los problemas de geolocalización se convierten en una cosa del pasado, nunca se llegó a utilizar tanto la frase localización ubícua, y la localización pasa a ser realmente un contexto clave.
Hasta que, en el año 2014, inspirados por la transición de CDDB a Gracenote, Lugares Globales, S.A. rápidamente acorralan la base de datos dentro de una licencia comercial, y añaden una clave para utilizar su API. Una clave que cuesta mucho dinero.
Por supuesto, el hecho de que el RGL sea ahora la única fuente global de lugares no significa que sea un registro ni completo ni autoritativo. Al estar controlado por una única corporación, el RGL es un objetivo obvio y fácil para litigios y asaltos. Un equipo especializado dedica todo su tiempo a borrar del registro lugares y puntos de interés que puedan tener connotaciones ofensivas o religiosas, bien sea resultado de contribuciones de los usuarios o de un hacker con mala intención.
Tristemente, la ciudad de Guadalajara, México ha tenido que cambiar de nombre tras el éxito de una demanda de derechos de autor y marca registrada de la Junta de Castilla-La Mancha, a quien ahora pertenece el nombre en exclusiva. La parte positiva es que ahora es todo menos ambiguo.
De igual manera, tampoco se pueden encontrar kioscos de prensa en el RGL. Todos fueron eliminados después de que Interviú perdiera su juicio contra la LPFCPMPSH (Liga de Padres Fundamentalistas Conservadores Preocupados Mucho Por Sus Hijos), quienes consideran perjudicial que sus hijos puedan encontrar publicaciones para adultos potencialmente ofensivas para la moral en sus teléfonos con geolocalización y acceso al RGL.
Y lo mismo pasa con los ayuntamientos que hayan tenido la mala suerte de añadir al RGL su Calle del Ave María: han tenido que cambiar el nombre después de de que RENFE lanzara una agresiva campaña de identidad de marca.
Pero todo esto es sólo un mal sueño geográfico. No es real. Despierta. Estás de vuelta en el año 2010, seguro en el convencimiento de que nada como esto podría llegar a ocurrir.
Y, sin embargo, hay una creciente llamada a las armas para crear una base de datos global de lugares, puntos de interés y negocios que permita que sistemas de identificación geográfica dispares puedan ser utilizados racional e indistintamente. Cada persona usando identificadores distintos es una especie de GeoBabel, pero una base de datos global de lugares no es la solución al problema.
Tyler Bell ha comentado recientemente en un artículo de O'Reilly Radar que una base de datos global (y abierta) de lugares es la solución preferida a medio-largo plazo. Pero la experiencia enseña a los usuarios de información geográfica que no hay ni una sola fuente de datos autoritativa, excepto para los casos más triviales. La mayoría de usuarios agrega conjuntos de datos, usándolos para cubrir un mínimo de sus necesidades, incluso si esto está prohibido en la mayoría de conjuntos de datos comerciales. De la misma manera, muchos usuarios están casados tecnológica y financieramente a una cierta manera de utilizar y etiquetar referencias geográficas.
Solamente por esta razón, el resultado más probable será lo que Tyler llama un «Encrucijada de Guías de Lugares abierta y accesible, básicamente una API que toma tu URI y la traduce a mi URI para que podamos estar seguros de que estamos hablando del mismo sitio». Siendo la solución a corto plazo por la que apuesta Tyler, si se construye, permitirá a los creadores de datos centrarse en lo que hacen mejor: crear datos para un segmento o nicho de mercado, sin los sempiternos problemas de propiedad intelectual que podrían generarse al añadir datos a un proyecto de tal calibre.
A pesar del éxito de OpenStreetMap, la tercerización masiva de los datos y sus URIs probablemente no sea la respuesta al problema, aunque OSM puede ser un punto de partida razonable para tal empresa. En su lugar, necesitamos algo que cumpla el rol de esta encrucijada, traduciendo URIs e identificadores en una manera abierta y común.
Llamémoslo el proyecto Geosetta, la Piedra de Rosetta Geográfica.
No puede haber un propietario único, puede y debe haber un conjunto de contribuidores, incluyendo a todos, desde los ciudadanos al mundo corporativo. Y no nos enredemos en las interminables discusiones técnicas sobre formatos, repositorios finales de URIs, o si es mejor JSON o REST.
Necesita ser abierto, y necesita ser descubrible en el sentido de Kellan Elliot-McCrea: Necesitas poder «sacar, usando la API, todos y cada uno de los fragmentos de información que pongas en el sistema».
El mercado de la geolocalización se está moviendo a una velocidad fenomenal, y la industria de la geolocalización necesita seguir el paso. Si no lo hacemos, entonces una solución comercial única tomará ventaja (Steve Lee, de Google, dijo textualmente «[estamos] interesados en resolver el problema pero no es fácil»), y quizás un Registro Global de Lugares estará más cerca de la realidad.
(Nota al pie: Las personas que leyeron este artículo antes de ser publicado pensaron que Lugares Globales, S.A. era una referencia encubierta a Google. No lo es. Es una referencia encubierta a lo que sea que está asustando a la industria en este momento, y eso significa un único jugador que tenga todas las cartas, y a quien no tengas más remedio que pedirle que las reparta. Actualmente, eso tiene la forma de una extraña amalgama de FourSquare, Twitter, Google y Facebook, pero indudablemente cambiará según ocurran los acontecimientos.)
Publicado por Iván Sánchez Ortega
OpenStreetMap
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