Por un lado, sus condiciones de uso plantean numerosas dudas y perplejidades. Por ejemplo, no permiten su utilización, al menos en teoría, si se tiene menos de 18 años; y en España el usuario acepta implícitamente someterse a la jurisdicción de los tribunales de Inglaterra (!?), lo que no sabemos si es legal y aceptable. Complicaciones de disponer de un espacio de interacción electrónica globalizado y un espacio jurídico parcelado en naciones.
Y por otro, lo que nos ha llamado poderosamente la atención es que Google Maps está vetado en Corea del Norte, por lo que este país aparece vacío de información, se pueden ver las imágenes de satélite, sí, pero nada en lo que se refiere a la cartografía, como las zonas de los mapas antiguos en los que se rotulaba "aquí hay dragones" (¿serán dragones coreanos?), una tierra incógnita huérfana de contenido en el ciberespacio.
¿No hay nada que llene ese vacío? Menos mal que nos queda OpenStreetMap que, si bien no tiene toda la red de carreteras coreanas, sí que permite ver el entramado de calles de Pyongiang y otras ciudades, y algunas rutas interurbanas. Ventajas de la Neocartografía o Información Geográfica Voluntaria, que se derrama y extiende como un líquido y penetra todas las barreras.
No es el único caso de censura en la red que pasa desapercibido para muchos usuarios (véase http://en.wikipedia.org/wiki/Internet_censorship).
Visto en 20minutos.
Información del mapa de Google Maps © Google
Información del mapa de Open Street Map © Colaboradores de OpenstreetMap, CC-BY-SA
Publicado por Antonio F. Rodríguez
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Antonio F. Rodríguez