«Nazario Moncada poseía, sin duda, el don de los caminos y resultaba un guía infallable. Era en una sola pieza brújula, plano topográfico y carta de rutas. De Quevedo a Balao y de Boliche a Ballenita, no había fondo rústico o poblado, donde careciera de relaciones y no conociera, por lo menos, a alguno de sus antecesores. En todas partes tenía amigos, compadres o "cuñaos".»
José de la Cuadra (Guayaquil, 1903-1941)
Siempre han sido tan importantes o más que los datos geográficos, las relaciones humanas para que todo tenga sentido.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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