Hace unos días compartíamos aquí nuestra preocupación sobre el futuro de la neutralidad de la red en Europa al hilo de la elaboración de un nuevo marco europeo sobre esa materia y la presión de los lobbies interesados. Un asunto muy relevante para los datos geográficos, esencialmente voluminosos.
Era antes de las vacaciones de verano, en julio, cuando los borradores que se manejaban no eran muy tranquilizadores, porque dejaban
huecos legales que permitían que los proveedores de banda ancha y
las grandes compañías nos ofreciesen algunos contenidos (películas, multimedia y todo tipo de productos y páginas)
del grupo al que pertenece nuestro proveedor mucho más rápidamente (5G)
que el resto. Hasta Tim Berners-Lee pedía firmas de apoyo a la tan deseable neutralidad.
Bueno, ya estamos aquí tras el veraneo y nos preguntamos ¿qué ha pasado con ese marco europeo? Pues parece que hay división de opiniones.
El Body of European Regulators for Electronic Communications (BEREC) ha publicado el pasado 30 de agosto las nuevas «Directrices para las Autoridades Reguladoras Nacionales (NRA) sobre la implementación de la nueva neutralidad de la red», después de tener en cuenta la retroalimentación del sector industrial, un workshop con investigadores universitarios y una encuesta pública en la que ha habido 481 547 contribuciones.
Algunas voces han mostrado su satisfacción porque el texto consagra el Principio de Neutralidad de la Red y lo protege con decisión.
Efectivamente, el artículo 1 del nuevo texto establece que «...(las obligación de las NRA) incluyen la obligación de seguir de cerca y asegurar el seguimiento de las reglas para salvaguardar el tratamiento igualitario y no discriminatorio del tráfico en la provisión de servicios de acceso a internet y derechos de usuario final relacionados».
Sin embargo, otros (véanse este enlace y éste) expresan su preocupación porque mientras que en Estados Unidos está establecido dicho Principio de Neutralidad sin excepciones y en toda circunstancia (véase este enlace), las Directrices europeas establecen ciertas excepciones:
- Por orden judicial, para garantizar la seguridad e integridad de la red o cuando haya peligro de congestión en la red, siempre que traten de manera igualitaria servicios del mismo tipo.
- Para promocionar servicios especiales (5G) de pago: servicios de telefonía de alta calidad para redes de móviles; servicios sanitarios en tiempo real, como entrada de vídeo para cirugía remota, y difusión en vivo sobre servicios de TV en Internet.
Las NRA deben vigilar que esas preferencias no degraden otros servicios y que las condiciones de las situaciones de excepción se cumplen realmente. Se establece que el procedimiento no será el de pedir una autorización previa para cada servicio o práctica empresarial, sino la vigilancia a posterior y que las NRA, una por país, intercambiarán información entre sí y elaborarán un informe anual.
Hay quien ve una maraña burocrática y administrativa en la que las grandes operadoras encontrarán huecos para privilegiar sus contenidos, y hay quien se felicita por el marco establecido. Así, pueden encontrarse en un mismo medio un artículo titulado «Europa gana, Internet sigue siendo libre» y otro con el encabezamiento «¿Sigue abierta la puerta a una Internet de dos velocidades?».
¿Quién tiene razón? no es fácil saberlo, el tiempo nos lo dirá. Pero tenemos la sensación de que cuando veamos los resultados, puede que sea demasiado tarde.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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