Este lunes Enrique Dans ha publicado en su blog una interesante entrada titulada «La web en construcción» en la que analiza y comenta la carta que Tim Berners-Lee ha publicado on motivo del 19 cumpleaños de la World Wide Web, que nació en 1989, curiosamente el mismo año que cayó el Muro de Berlín.
La misiva está titulada «La web está amenazada. Únete a nosotros y lucha por ella», se ha publicado en inglés, francés, español y portugués, y es un alegato que denuncia el asfixiante control que están imponiendo en la Red unas pocas compañías, lo que hace que seguramente los próximos 20 años vayan a ser mucho menos innovadores que los veinte anteriores.
Si la web se encuentra bajo el paraguas de dos o tres grandes empresas (no hace falta dar nombres), no sólo se dedican como se ha visto a comprar cualquier pequeña empresa que desarrolla una nueva idea innovadora, ya sea para fagocitarla o para congelarla, sino que además pueden controlar la difusión de nuevas ideas en Internet gracias a su falta de neutralidad (véase «Internet ¿fue bonito mientras duró?»).
Si la web se encuentra bajo el paraguas de dos o tres grandes empresas (no hace falta dar nombres), no sólo se dedican como se ha visto a comprar cualquier pequeña empresa que desarrolla una nueva idea innovadora, ya sea para fagocitarla o para congelarla, sino que además pueden controlar la difusión de nuevas ideas en Internet gracias a su falta de neutralidad (véase «Internet ¿fue bonito mientras duró?»).
Otro problema es la extrema radicalización que inducen YouTube y otras plataformas al ofrecerle al usuario contenidos para que se enganche y no se vaya. En seguida empiezan a derivar hacia la versión más radical de lo que le ha interesado, porque así lo indican los algoritmos que detectan lo más visto, tal y como describe el artículo del New York Times «YouTube, the Great Radicalizer».
Berners-Lee sostiene que la solución es la regulación, pero eso tiene dos grandes inconvenientes: puede degenerar con facilidad en una variante de la censura poco deseable, y regular mediante un marco legal diferente en cada país, cuando Internet lo comunica todo, no tiene mucho sentido.
Parece que lo más sensato sería establecer un organismo internacional, quizás dependiente de la ONU, con representantes de todos los países, que fueran técnicos (políticos no, por favor) responsable de regular la web, de modo parecido a como la International Telecommunication Union regula el espectro electromagnético, y proponiendo legislación internacional para la Red, un marco legal internacional consensuado y sensato.
Seguiremos informando y opinando.
Publicado por el editor.
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