En primer lugar, pido disculpas si esta entrada está escrita en un tono más subjetivo de lo debido, o de lo que es habitual para el blog de la IDEE.
Hace dos días fui al
FICOD, la "Foro Internacional de Contenidos Digitales", en la que, según su eslogan, "seré el primero en enterarme de lo último". Realmente no quería ir, pero al final unos amigos me engañaron para ir a ver una ponencia.
Y no quería ir porque, aunque FICOD signifique "Foro Internacional de Contenidos Digitales", realmente debería querer decir "Foro Internacional de
la industria de los Contenidos Digitales". Los debates no giran en torno a cómo la tecnología impacta en la vida de los ciudadanos, sino cómo impacta en los modelos de negocio de las industrias ya existentes. En el contexto de propiedad intelectual, sólo han estado los actores ya conocidos, a saber: Ministerio de Cultura, OMPI (WIPO), RedTel, "Coalición de Creadores", Promusicae, SGAE, CEDRO, EGEDA. Asistir al FICOD no es ser el primero en enterarse de lo último; es ser el último en escuchar el discurso
de siempre.
Francamente, a estas alturas, uno se cansa de los argumentos
ipse dixit sobre que sin protección de la propiedad intelectual no puede haber creación, o esta idea de que hay que "educar" a los jueces y juristas porque, al parecer, no saben hacer bien su trabajo.
Recordemos también que recientemente el FICOD
se quedó castigado sin tarta por las condiciones legales de su web. Curiosamente, ya las
han cambiado para asemejarse a la ley de reutilización de información del sector público, aunque se han olvidado de actualizar la
versión en inglés a fecha de este escrito.
También está la cuestión de los premios a "
las 20 mejores webs de la historia del dominio español" donde han sido premiadas páginas webs tan relevantes como la de un
campo de golf de Vizcaya o
Coca-Cola España. El problema ya no es que la IDEE no esté en esa lista, es que ni siquiera está
RedIris (que, para quien no lo sepa, lleva desde 1988 interconectando universidades y administraciones españolas). ¿Y dicen que "el jurado se ha basado en [...] el apoyo al desarrollo a Internet" (sic)? Sin comentarios. Y no quiero entrar en los
escándalos que están apareciendo.
El remate fue mirar la bolsita de obsequios que se les dio a los asistentes. Un lector de DNIe con todas las subvenciones habidas y por haber, un cargador para teléfonos móviles, un hub USB. "Si esto es un foro de contenidos digitales, habrá algún contenido digital entre los obsequios", pensé. No sé, por ejemplo, un trailer de Planet 51, esa película de animación que es
la más cara de la historia española y que ha sido alabada por el Ministerio de Cultura estos días. Algunas de las canciones disponibles en
el portal de música (que supuestamente va a
acabar con las descargas ""ilegales"" de música, y que por cierto, ya está siendo
diseccionado). Yo qué sé, libros en formato digital para los lectores de e-books que se presentaron. O qué menos que un pendrive con las ponencias y las biografías de los ponentes. El lector avispado podrá adivinar cuántos contenidos digitales se han distribuído en el foro de contenidos digitales.
Dejé de lado el FICOD, y al día siguiente asistí a una charla sobre
visualización de la información en la era de la complejidad, a cargo del Medialab. Realmente algo bastante austero, con apenas 25 asistentes. La diferencia es que los ponentes son personas que comprenden la cantidad de información que se mueve actualmente, y que son capaces de desarrollar herramientas para
anticiparse a las cantidades de información que nos depara el futuro.
He visto
mapas de SMSs,
miles de aviones volando a la vez, las consecuencias sociales de publicar
datos sobre criminalidad, maneras de
clasificar los proyectos. Las audiencias de las televisiones convertidas en fragmentos de música.
Videoclips hechos con LIDAR; y la demostración de que aunque con LIDAR no se puedan hacer tartas, sí que se pueden
hacer estatuas de plástico ABS. Rizomas y árboles y mapas y redes creados sólo a partir de información (o de "contenidos digitales", si se quiere). Patrones en redes sociales y ecosistemas digitales, que servirán para predecir cómo van a evolucionar los comportamientos en la era de la información.
Creo que fue entonces cuando tuve una revelación.
Una sociedad de la era del bronce se financia con bronce. Una sociedad religiosa se financia con cruzadas y quemas de brujas. Una sociedad renacentista se financia con mecenazgos. Una sociedad industrial se financia con carbón e industrias.
Una sociedad capitalista se financia con capital y bancos. Es obvio llegar a la conclusión de que
una sociedad de la información hay que financiarla con información.
Un nuevo paradigma supone nuevos modelos, nuevas industrias, nuevos retos, y nuevos sacrificios. Como dijo Larry Lessig, hay que plantearse si la legislación de propiedad intelectual en su forma actual es la más adecuada para el desarrollo de la ciencia. Hay que hablar de tartas y de qué significa la
desnaturalización de la información del sector público, y de si esto es bueno para el impulso de la ciencia. Y, después de lo visto, hay que plantearse si tiene sentido impulsar la sociedad de la información a base de inyectar capital, o hay que hacerlo a base de publicar y liberar contenidos.
Convirtamos las Infraestructuras de Datos Espaciales en Infraestructuras de
Datos Espaciales, con énfasis en los
Datos. El futuro de la sociedad de la información nos lo está pidiendo a gritos.
Publicado por Iván Sánchez OrtegaOpenStreetMap