En una serie de artículos recientes (
[1],
[2],
[3],
[4]),
Richard Weait nos habla del estado legal de los geodatos de varias ciudades canadienses:
Nanaimo,
Toronto,
Edmonton y
Vancouver, así como de
Washington D.C..
En primer lugar, hablando sobre Edmonton/Toronto/Vancouver (o "
EdmonTorCouver"), nos cuenta que es un lugar con gente espléndida, que hay conciencia de "sacar los mapas del cajón", y que se anunció a bombo y platillo la publicación de varios conjuntos de datos. Sin embargo...
«Two minor mistakes
There are two minor mistakes that are holding Edmontorcouver open data back from wide adoption, two minor mistakes that are preventing the Edmontorcouver opendata initiative from being a tremendous success. Tiny mistakes. Easy to overlook. These are the O-rings on Edmontorcouver open data Success Boosters.
- They expected a new community to build itself.
- They wrote their own license.»
«Dos pequeños fallos
Hay dos pequeños fallos que están evitando una amplia difusión de los datos de EdmonTorCouver, dos pequeños fallos que evitan que la iniciativa de datos abiertos de EdmonTorCouver sea un éxito absoluto. Pequeñísimos fallos. Muy fáciles de pasar por alto. Son la pieza que falta en el motor del éxito de sus datos.
- Esperan que se forme una comunidad por sí sola.
- Escribieron su propia licencia.»
Las comunidades de usuarios no se crean solas, sobre todo en proyectos con un ámbito reducido. Los organismos guvernamentales tampoco pueden querer ser los celadores de las comunidades creadas a partir de los datos: deben hacer la labor que saben hacer bien, que es la de ser los celadores de los datos. Las comunidades ya se crearán después, a partir de otras comunidades y de personas que saben cómo funcionan esas comunidades.
Y después está el problema de la licencia. Algo común a EdmonTorCouver, Washington D.C. y Nanaimo es que todas estas ciudades utilizan su propia licencia. Richard somete a todas a la
Prueba de la Tarta, que según
Jo Walsh de la Fundación para el Conocimiento Libre,
sirve para saber si unos datos son libres (en el sentido de la
Definición del Conocimiento Libre). Y todas la fallan:
Nanaimo se queda sin tarta, por no otorgar explícitamente derechos sobre los datos. Está bien publicar los datos, pero hay que decir qué se puede (o qué no se puede) hacer con ellos.
Edmonton/Toronto/Vancouver se quedan sin tarta, por varias razones, de las cuales Richard hace
un extensivo análisis. No cabe duda de que los responsables de la publicación de los datos de EdmonTorCouver han hecho un gran esfuerzo por publicar los datos, pero no han pensado en los efectos secundarios de algunos puntos de su licencia.
El efecto secundario más curioso es el que se produce al requerir que la licencia sea aceptada explícitamete («You agree to these Terms of Use by [...] clicking to accept the Terms of Use») y requerir que los usuarios de las modificaciones acepten la licencia («you agree to [...] ensure any such person agrees to, and is bound by, [these Terms of Use]»). Es decir, que si realizo un trabajo que combine datos de Edmonton, Toronto y Vancouver (cuyas respectivas licencias son
ligeramente distintas), tendría que asegurarme que los usuarios aceptan las respectivas tres licencias de uso:
Tal y como dice Richard,
«¿Seguro que era esto lo que queríais conseguir?»Washington D.C. se queda sin tarta, por requerir notificación del uso de los datos (recordemos, la tarta tiene que ser una sorpresa). Aunque la notificación sea lo único que separa a la licencia de geodatos de Washington D.C. de ser completamente abierta, sigue siendo un punto importante:
«Arguments of "Oh, that's silly" and "surely the District of Columbia wouldn't mind if you violated their license just this once" are missing two points. Firstly, that the notification requirement discourages wider, approved use of the data. And secondly, that the notification requirement also has negative, unintended consequences in serious situations as demonstrated in the desert island test and the dissident test in the Debian Free Software guidelines.»
«Los argumentos de "Bah, eso es una tontería" y "seguro que al Distrito de Columbia no le importa que se viole la licencia sólo esta vez [para la tarta]» se olvidan de dos cosas. Primera, que el requisito de notificación desalienta un uso más extendido de los datos. Y segunda, que el requisito de notificacion tiene consecuencias negativas(aunque no intencionadas) en situaciones serias, tal y como se demuestra en la prueba de la isla desierta y la prueba del disidente de las Directrices de Software Libre de Debian.»
Por último, Richard termina su serie de artículos sugiriendo el uso de la
Public Domain Dedication and License, una licencia de sólo atribución, para los datos geográficos. Al igual que sucede con las licencias
Creative Commons, el uso de una licencia tipo ya probada y revisada evita los efectos secundarios que crean las licencias propias.
Publicado por Iván Sánchez Ortegahttp://www.openstreetmap.es/