Figura 1 El mapa como herramienta
para la toma de decisiones.
Escena de la película «Salvar al soldado Ryan» (1998) de Steven Spielberg
Escena de la película «Salvar al soldado Ryan» (1998) de Steven Spielberg
Día a día se consultan mapas en móviles y
tabletas para saber cuál es la tienda más cercana para comprar un determinado producto,
bien o servicio, el restaurante al que ir a comer, etc. La información
geográfica es tendencia desde hace un tiempo y resulta extraño no encontrar por doquier una
referencia geográfica directa o indirecta a algún tipo de recurso sea estático
o móvil como son las propias personas.
El conocimiento de la sociedad, su organización y
funcionamiento a lo largo del tiempo es esencial para poder entender el mundo
actual, por ello sorprende que la Geografía se desvanezca en el currículo de la
educación obligatoria en España.
Echo la mirada atrás y sólo veo ilustres
pensadores que hablaban maravillas de la Geografía. Desde el «excepcionalismo»
de la Geografía de I. Kant (S. XVIII-XIX), frente a otras ciencias
sistemáticas, que hacía que fuese enormemente difícil formular leyes vinculadas al
estudio del espacio hasta la extrema complejidad con la que A. Einstein (S.
XIX-XX) describía la Geografía reflejada en sus manuscritos, cuando trabajaba
en una aduana, en los que relataba la extrema dificultad para poder modelar los
flujos migratorios (frase habitualmente atribuida a Einstein, pero probablemente de Duane Marble, véase este enlace).
La evolución histórica de mi disciplina científica
es otra. Enseña que la labor del Geógrafo ha sido y es fundamental tener
un conocimiento real del territorio. Ese conocimiento era, aún más importante
si cabe, un requerimiento obligatorio para cualquier empresa que el ser humano quería
realizar y en la que había que tomar una decisión territorial de cualquier
índole, en especial, geopolítica o militar.
¿Alguien se imagina poder descubrir una nueva
tierra sin la necesaria planificación a través de un mapa?, ¿enviar los
suministros de ayuda a unos refugiados sin la confianza de saber las rutas
seguras de acceso a la población? o ¿planificar la ubicación geográfica de
nuevos centros educativos o sanitarios sin el análisis de la estructura
demográfica de la población existente en una ciudad? Y así, un largo etcétera
de trabajos en los que el conocimiento geográfico del territorio es fundamental
para que la decisión tomada sea la más correcta.
Como cualquier geógrafo siempre me ha interesado
saber cuál ha sido la evolución de mi ciencia, es decir, conocer qué crisis científicas
ha sufrido para saber de qué métodos, técnicas y herramientas se disponen para
ayudar a tomar mejores decisiones en el mundo donde el ser humano realiza su
actividad socioeconómica, cultural o ambiental.
Lamentablemente, hoy, repaso el conocimiento geográfico
que se aprende en el sistema educativo español y veo con extrañeza cómo la
Geografía queda olvidada y menospreciada en su contenido curricular. Y lo comparo con
el retrato realizado por Goya de Luis María de Borbón y Vallabriga (véase la figura 2), hoy en
el Museo de Zaragoza, en el que se trasluce la importancia que tenía la
Geografía (porta en su mano una pieza de puzzle de un mapa de Europa) junto con
otras materias, como las Matemáticas y pienso: ¿por qué estamos peor que hace
dos o tres siglos? ¿qué Geografía aprenden nuestras generaciones futuras? Y,
sigo reflexionando, ¿tan fácil es esta ciencia? Pero no. Pienso que no. Aunque
sí creo que en algún momento de la historia más reciente, su importancia quedó
marginada frente a otras ciencias y nadie quiso o pudo rescatarla.
Figura 2. Luis María de Borbón y
Vallabriga. Óleo de Francisco de Goya (1783). Museo de Zaragoza
Saber dónde está Australia, una lista de capitales
o los principales ríos ibéricos no es Geografía, es cultura general. Aprender
Geografía es saber analizar el territorio para comprenderlo, adquiriendo la habilidad
de representar espacialmente, por norma general mediante un mapa, hechos o
relaciones entre distintos fenómenos que, aunque aparentemente independientes, ocurren
en un mismo espacio geográfico.
En pleno siglo XXI, me alegro al ver cómo el mapa,
la imagen satélite, etc., en suma, la información geográfica sigue siendo clave
en buena parte de empresas de diferente índole incluyendo la de nuestros
quehaceres diarios.
Recientes estudios macro y microeconómicos,
vinculados a esta revolución de la información geoespacial, reflejan los
beneficios socioeconómicos relacionados con la explotación de la información
geográfica. Si a esta ecuación añadimos la explosión del Big Data se logra un
cóctel que ha de permitir resolver problemas a cualquier actor público (saber
dónde, cómo y qué medidas económicas aplicar en un territorio menos
desarrollado) o privado (desde conocer cuál es el lugar más idóneo para abrir
un establecimiento comercial hasta decirle a un ciudadano dónde está la
estación de bicis más cercana). La Geografía ha sido y es una de las ciencias
que ha ayudado en este camino apoyándose o siendo el bastón de otras ciencias
exactas.
Al margen de estudios, si se quiere evitar el
posible grado de subjetividad, se pueden visualizar datos cuantitativos que confirmen
la evidencia de la importancia de la Geografía a través de una de sus muchas herramientas
de trabajo; los mapas. En la tendencia de contenidos generales más buscados no
ha de sorprender que los mapas sean el contenido con mejor promedio frente a
otras palabras clave como viaje, música, fútbol o política. Estos son los datos
que arroja Google Trends al respecto:
Figura 3. Gráfico de tendencia de
búsquedas temáticas en Google desde 2004 hasta la actualidad en el mundo
Los números reflejan el interés de búsqueda en
relación con el mayor valor de un gráfico en una región y en un periodo
determinado. Un valor de 100 indica la popularidad máxima de un término,
mientras que 50 y 0 indican una popularidad que es la mitad o inferior al 1 %,
respectivamente, en relación al mayor valor. El lector podrá jugar con esta
útil herramienta y probablemente encontrará algún contenido que es más buscado,
pero no hay duda de su relevancia.
De hecho,
el mapa no deja de ser otra herramienta que cualquier especialista usa para
representar estos mismos datos cuantitativos. Así que no ha de faltar un mapa
en el presente artículo.Ojala este mapa estuviera realizado con la
proyección de Peters y no la de Mercator. Para entendet la importancia de
la proyección de un mapa, véase este vídeo de la serie «El ala oeste de
la Casa Blanca».
Figura 4. Mapa de tendencia de búsquedas
temáticas en
Google desde 2004 hasta la actualidad en el mundo
Google desde 2004 hasta la actualidad en el mundo
España no se queda atrás, estos son los datos que arroja Google:
Figura 5. Gráfico de tendencia de
búsquedas temáticas en
Google desde 2004 hasta la actualidad en España
Google desde 2004 hasta la actualidad en España
Y el mapa a nivel regional es bastante elocuente:
Figura 6. Gráfico y Mapa de tendencia de
búsquedas temáticas en
Google desde 2004 hasta la actualidad en España
Google desde 2004 hasta la actualidad en España
Hoy, lamentablemente, se sigue en la encrucijada
educativa en la que, pese a disponer de docentes premiados por sus herramientas
educativas y catedráticos especialistas en materia de cambio climático, por
poner algunos ejemplos significativos, obviamos las fortalezas y oportunidades que da esta
ciencia al alumnado de enseñanza media para comprender el mundo que le rodea
y en el que vive.
Soy optimista por naturaleza, y, afortunadamente, disfruto viendo la revolución geoespacial de los últimos diez años que permite disponer de una forma ágil información geográfica de cualquier variable territorial. Una información geográfica útil para que cualquier usuario pueda conocer cualquier territorio del planeta sin salir de su casa y, sobre todo, útil para que cualquier empresa o administración pública pueda tomar mejores decisiones desde el punto de vista territorial, urbanístico o sectorial.
Soy optimista porque la Geografía sigue latiendo diariamente mediante el uso de esos mapas, fotos aéreas a través de nuestros dispositivos móviles. Pero quiero ser más optimista y confío, espero y deseo que; en un estrado, los responsables educativos retomen lo antes posible el papel de la Geografía en el curriculum educativo estatal y, sobre todo en el autonómico que, hoy en día, es verdaderamente quien configura la hoja de ruta de lo que aprende el alumnado en una región de este país; y en el otro estrado, nuestros Departamentos de Geografía Universitarios, la Asociación de Geógrafos y el Colegio Profesional de Geógrafos luchen como si fueran un mismo brazo para conseguir que esta ciencia recupere su sitio y reconocimiento como materia básica para el ciudadano español.
Soy optimista por naturaleza, y, afortunadamente, disfruto viendo la revolución geoespacial de los últimos diez años que permite disponer de una forma ágil información geográfica de cualquier variable territorial. Una información geográfica útil para que cualquier usuario pueda conocer cualquier territorio del planeta sin salir de su casa y, sobre todo, útil para que cualquier empresa o administración pública pueda tomar mejores decisiones desde el punto de vista territorial, urbanístico o sectorial.
Soy optimista porque la Geografía sigue latiendo diariamente mediante el uso de esos mapas, fotos aéreas a través de nuestros dispositivos móviles. Pero quiero ser más optimista y confío, espero y deseo que; en un estrado, los responsables educativos retomen lo antes posible el papel de la Geografía en el curriculum educativo estatal y, sobre todo en el autonómico que, hoy en día, es verdaderamente quien configura la hoja de ruta de lo que aprende el alumnado en una región de este país; y en el otro estrado, nuestros Departamentos de Geografía Universitarios, la Asociación de Geógrafos y el Colegio Profesional de Geógrafos luchen como si fueran un mismo brazo para conseguir que esta ciencia recupere su sitio y reconocimiento como materia básica para el ciudadano español.
Estudiar Geografía durante las enseñanzas medias
permite que nuestros alumnos del siglo XXI se arraiguen en el territorio, a
través del conocimiento de la Geografía y de todo lo relacionado con ella, sus paisajes,
sus gentes, sus tradiciones y, sobre todo, amplia su mirada y horizonte
cognitivo. Sin lugar a dudas, la Geografía no tiene la última palabra sobre ninguna cuestión, pero no
se puede prescindir de ella.
Publicado por Rafael Martínez Cebolla.
Geógrafo. Delegado Territorial de Aragón del Colegio de Geógrafos de España.
Geógrafo. Delegado Territorial de Aragón del Colegio de Geógrafos de España.