A pesar de que cada uno entiende el concepto de datos abiertos a su manera, parece que hay una idea general acertada que los define a un nivel alto de abstracción: datos abiertos son los datos que se publican minimizando de manera radical todo tipo de barreras técnicas, económicas y legales para su uso y reutilización. Es decir, son datos sin barreras.
Y a nivel práctico y técnico, hay una definición muy concreta, la que proporciona Open Kowledge International en opendefinition.org, basada en publicar en un formato abierto, con una licencia universal, no revocable y abierta, que exija como mucho reconocimiento y compartir igual, y teniendo en cuenta una serie de criterios para que el usuario no encuentre barreras para usar y reutilizar los datos.
Luego la situación es bastante clara, a menos en el plano teórico.
Sin embargo, si pensamos en servicios web en lugar de en datos, de acuerdo a la Arquitectura Orientada a Servicios que preconizan las IDE, en la que todo se orienta a proveer el mejor servicio posible, la cuestión no está tan clara. ¿Qué son servicios abiertos?
Lo primero que se nos ocurre es que son servicios en los que también se han minimizado de manera radical todo tipo de barreras para su uso por humanos o aplicaciones. Es decir, que al menos deben cumplir las siguientes condiciones:
- Ser de uso gratuito para todo tipo de usuarios, aplicaciones y condiciones de uso.
- No tener ninguna barrera de acceso como usuario y clave, necesidad de registrarse, obligación de bajarse un plugin o instalable, ni ninguna otra condición previa.
- No discriminar a ningún usuario ni aplicación, en función de ninguna de sus circunstancias y tampoco dependiendo de las opciones tecnológicas (sistema operativo, navegador, etc.) que haya elegido.
- Tener una interfaz y un comportamiento conforme a un estándar abierto, como por ejemplo, los estándares definidos por el OGC, por el W3C o por INSPIRE.
- Devolver las respuestas a las peticiones y los mensajes de error en un formato conforme a un estándar abierto.
- Estar publicado bajo una licencia abierta, universal e irrevocable, que permita cualquier uso, exigiendo como mucho el reconocimiento, el compartir igual y el distinguir de alguna manera los servicios de valor añadido que se puedan generar.
- Ser multilingüe y admitir al menos el uso del servicio en inglés.
- Ser cultural y lingüísticamente adaptable a cualquier contexto de manera fácil y razonable.
- Tener una calidad de servicio mínima, en cuanto a disponibilidad y tiempo de respuesta, que haga el servicio operativo.
- Y estar documentado y descrito de manera que su comportamiento y respuestas sean inteligibles.
Entendemos estándar abierto en la manera en que lo define el Esquema Europeo de Interoperabilidad v2: un estándar con una descripción pública y gratuita (o en una publicación a un precio que no limita su uso), cuya utilización no supone coste, derechos de autor ni regalías, y definida y mantenida por una organización de estandarización abierta a todas las partes implicadas en las que las decisiones se toman por votación o consenso.
Esto es una primera aproximación, pero no estaría mal empezar a pensar, más allá de INSPIRE en que si queremos de verdad interoperabilidad universal y un Mercado Digital Único en Europa, necesitamos tener tanto datos abiertos como servicios abiertos, ponernos de acuerdo en qué es exactamente un servicio abierto y tentarnos los servicios a ver si realmente contribuyen en todo lo posible o no a la llamada sociedad de la información.
Publicado por Antonio F. Rodríguez.
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