San Isidoro de Sevilla, nacido en 560 d.C, fue un destacado erudito, teólogo y obispo venerado como santo por la Iglesia Católica, celebrando su festividad el 26 de abril.
A lo largo de su vida, Isidoro realizó contribuciones significativas en varios campos del conocimiento, desde la teología hasta la filosofía, pasando por la historia y la geografía. Su obra «Etymologiae» es un tratado que recoge todo el conocimiento de su tiempo (teología, historia, literatura, arte, derecho, gramática, cosmología, ciencias naturales…). Esta obra hizo posible la conservación de la cultura romana y su transmisión a la España visigoda y fue la base de la educación universitaria durante la Edad Media y el Renacimiento.
San Isidoro es considerado el patrón de los geodestas y topógrafos debido a su interés y contribuciones a la geografía y la cartografía en la Edad Media. Aunque su obra no se centra exclusivamente en estos temas, contiene numerosas referencias geográficas y cartográficas que reflejan su comprensión del mundo conocido en su época.
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